Automatizando.

Pensaba.

Como susurros desnudos y distantes creía oír aquellas voces ajenas , lejanas y perdidas de su conciencia. Hablaban de conceptos definidos para realidades distintas , incompatibles , y él viviendo en un mar de niebla que resultaba en expresión máxima de lo irreal , de la fugacidad del momento , de la temporalidad de la estructura entorno a la que giraba su obra de teatro. Ya todo fue aquel menosprecio al talento. El contenido continuaba intacto , y las formas para escribirlo , al descubierto , se postraron ante el dolor y la tristeza para recoger la palabra del que escribía , que no del escritor , porque se convirtió en todo aunque acabase siendo nada. Si él te contase , ya no ve hombres libres , si acaso títeres. Somos pocos los que , aunque no libres , dimos con la tecla , en esta urbe mundial repleta de ignorancia y malestar que surgió del jirón social de acción demoledora de la Historia. No diré resistencia , porque nuestro acción se dedicó a propagar el futuro caótico. Lo irremediable de toda vida humana es la muerte. Perdóname hijo por la parte de culpa que me toca , perdóname y lee , que tu padre lo sabía , y te trajo aquí. Porque lo irremediable de toda vida humana es la esperanza de no acabar muerto , y la constancia del trabajo no te salva del infierno.

                                                                                                                                        Caronte.


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SOCORRO (Me debes setenta días)

Y él no lo sabe. Se atropella a sí mismo y no sabe nada. Está escondido debajo de una almohada. Mi cama, que huele a incienso y a mermelada, se cansa y dice que no la llamas porque no te escucha como cuando por el balcón me enmudecías con baladas. No lo sabe. Que le robé el tiempo a los que estaban despiertos para dormir contigo una vida más, a los que no querían esta vida, a los que la vida les dejaba atrás. Si no lo sabe, no lo sabrá. ¿Cuántas horas de poesía? ¿cuántos versos van por día si me pongo a contar? La cámara de las maravillas, la musa del coral. Desde qué te vi pasar lo sabía, que esto llegaría, cuando menos lo podíamos esperar. Sabe a poco todo, todo se puede tomar, de poco a todo asciende la felicidad y deberte, la vida a trozos. Recompongo y pienso que lejos hay polvo, estela de un universo inalcanzable e imposibles frases relevantes se enredan en ti, andando hacia mi cama de cristales. Serlos son, no lo voy a negar. Pero él, no lo supo jamás. Buscó en los reflejos, en la mesa de billar, preguntó a un marino ruso que le quiso emborrachar, en las esquinas, en la vida, en el suelo, al andar, se giró y en la espalda; sabiduría, no lo sabía. Que se rinda, que se rinda. Si pierdes las ganas, ¿qué vas a ganar? Devuélvemelo todo, que hace más de 13 años que no sé de ti y las mentiras las dejé junto al almendro a morir. Con las manos vacías salí y llevaba más que cuando te conocí. Las sábanas vuelan, arde el colchón y tú, donde fuera, con frío que hiela, te cubre la arena y no sabes de mí. Pregunta mi cama por ti, que ya no la llamas y llora, que ahora te importan las horas y que otro me cante. Lo que cambia una vida, lo que son cinco días y si pudiera amarte.

Ella entiende de soles, del alba y del amanecer. Sabe lo que es un buen día y puede elevarte a su mundo. Trasladar el desnudo del interior no siempre sale bien y ahora ella te vela, enuncia tu nombre y el suyo a la vez. Compañera de primavera sólo ve las flores crecer, compañera a secas ve la primavera nacer. Que no. Que él no lo va a saber.


                                                                                              Venus.


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El consuelo de los ciegos voluntarios.

Tenías razón, loco esperpéntico, en tu voraz sátira. No se puede cerrar los ojos al mundo, no se puede ignorar lo que ocurre a tu alrededor y seguir creyéndote poeta si vives en un mundo paralelo donde la miseria es menos que un pensamiento fugaz.
No habrá más herencia que cicatrices para aquellos que abran los ojos, que vean que se ha llegado demasiado lejos con nada más que la inconsciencia como consentimiento. Rayos de luz iluminan la rabia y la culpa, pruebas empíricas del ‘yo lo hice’ cuando vemos esas fotos y cruzamos la mirada con esos que duermen como los perros, en la calle. Quien quiera pretender descartar de su voz esa olvidada amargura no será otra cosa sino más inepto que el que promulgue conocerla a la perfección. En tiempos de meetings en los que no se da ningún encuentro, nos distanciamos cada vez más de aquello que se supone que debería preocuparnos, esperando que el mundo cambie echando raíces en nuestros asientos privilegiados. Cabezas incompletas sin interés por quemar con palabras como bombas a quien intenta violar su pensamiento con el propósito de mantenerse en lo más alto, no ven que lo están consiguiendo. ‘Ya sabes que el rey es el rey, y es el rey de todos nosotros’, pero no en mi país, amigo, que yo no lo he votado. Quien sale a la calle a enseñárselo al mundo se come los suelos. Pero eso no nos importa mientras podamos seguir teniéndolo todo para concentrarnos en lo que nos duele, que es lo que no podemos tener. Que no hemos mejorado nada, que no nos diferenciamos en absoluto de quien depositaba su fe en los falsos ídolos y fueros arrasados por una ola masiva de realidad. Sólo que ahora esos falsos ídolos están hechos de papel y cuproníquel y actúan mejor que cualquier venda que puedas poner ante tus ojos. El cuánto vale es el límite de nuestra voluntad. Pecamos y negamos, y no peleamos contra el rebaño de corderos que nos aíslan del mundo. Posesiones materiales como drogas para el alma, que consumimos como adictos para acallar ese ruido que se esconde en el núcleo de nuestras cabezas y nos atormenta algunas noches justo antes de dormir. Esa es la verdad, somos yonquis del silencio, y cualquier cosa que nos haga dejar de valorar lo que nos rodea nos basta.
Así vamos, con la hipocresía de la mano, la mejor pareja de este mundo sin ley real al que pertenecemos. Porque las leyes son para proteger a las personas.


                                                                                                                                       Oniria.


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Anochecer eterno de la historia sin punto de partida

 Y una vez más jugamos a ser dos gatos que no pueden dormir. En alta resolución, te pinto que me bebo mis ganas de decirte que te he echado de menos, que tu ausencia tensa de metal se me queda enredada en el pelo. Sé que no he sabido fingir que no me gusta estar contigo, y perdona si deliro, pero no sé hacer que mis llamas digan sin decir.

Me disfrazo de entrañas vacías, y tú de hacer como que no ves la máscara. ¿Por qué no te digo, en voz baja, que no te creas esa falsa falta? Todas las noches que pasamos cada vez a menor distancia,  tanteando los acordes en ayunas de ausencia, son mayor  evidencia que mis  palabras sencillas... Sin embargo mientras no se elija, las posibilidades seguirán tendiendo a infinito.

Un infinito enredado y difuso como los jirones de humo que salen de tu boca mientras dices primavera. Noches de brisa y Luna solitaria que te refleja en el lago que se ve desde mi ventana. La inercia nos empuja a atravesar el tiempo y tengo miedo de que se nos lleve la costumbre a algún desierto. Porque se nos acaba la incertidumbre, y yo soy puro símbolo y tú eres puro análisis. Miro a través de mi son y te veo en la cabina de teléfono de alguna calle, o apoyado en un muro, y me aproximo y discuto contigo sobre lo humano y lo divino, y sé, que eres el único que puede ganarme a cambiar de ideas sin llevarnos la contraria. Pero no sé decir si es el matiz que tus ojos buscan...

Esos ojos que deseo míos, bendito y maldito desafío.


FDO. Oniria



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' Se me caiga el mundo '

La inconsciencia del progreso ,
le miro y me dejo ,

[ Y tan cansado como siempre , busco mi reflejo en otra existencia que no se encuentra en estas órbitas. Y tan apagado como siempre , veo las nubes negras llegar , veo la lluvia caer , y los recuerdos de mi infancia mojados se van. ! Ay mamá ! Si por mi fuera , volvería a la nada , aquella ausencia de raciocinio , aquella esperanza de una vida por desarrollar. O no , quizás. Pero tantos quizás no iluminan el camino , sino al contrario , van creando la niebla densa que impide la visión del plano , y ahora cómo decido , si solo te veo y , nublado , espero el momento para un asedio a tu razón , a tu voz , a tu sentir más profundo , a esos dogmas al oído que susurrabas entre calos.
El aire exhalar escucho y , repitiéndome , no estás muerto , solo cansado , seguí dándole vueltas si encontraba en tu mirada mi presente claro , un código estructurado , el secreto de la ciencia , y mil amores fragmentados. ]

los pecados vienen y ,
de mi mismo me compadezco.

                                                                                             FDO. Expolio


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Que escribo lo que quiero , no lo que quieres leer.

Solo fue un aviso. Pensó, quizás demasiado condicionado por externos como para concluir un juicio válido para su situación, quizás lento y esquivo, buscando lados distintos , pero pensó , y , al fin y al cabo , no encontró respuestas a sus súplicas. ¿ Por qué ? No responden, ¿ Dónde ? En ningún lugar. La trascendencia efímera pero a la vez tan sumamente importante de cada ser humano , el escuchar dos palabras en susurros y el proceso consecutivo para hacerlas dogmas , la realidad; dentro de todos se encuentran porque el conocimiento verdadero es reconocer la farsa , el resto viene solo , como las piezas de un rompecabezas que se enlazan precisamente hasta su final, Antítesis del nuestro,  no se puede prever lo imposible.

Y este es mi rompecabezas, iniciado en un intercesión cortada, una figura de mujer, escombros de la sociedad y yo. 




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